La historia de Dominique Coursey es una de esas que inspiran y dejan huella en el baloncesto mexicano. Apenas hace un año, su carrera parecía tomar un rumbo incierto: jugando en la Liga ABE, Primera División, su equipo quedó eliminado en la fase de los “8 Grandes”, lo que representó un duro golpe tanto para él como para quienes seguían de cerca su proceso universitario. Muchos jugadores se habrían desanimado, pero Dominique eligió el camino más difícil: seguir trabajando, apostar por su talento y confiar en que el esfuerzo tarde o temprano daría frutos.
Ese espíritu competitivo lo llevó a dar el salto al profesionalismo, firmando con el Calor de Cancún, equipo que depositó en él la confianza de aportar frescura, energía y juventud en una liga donde la exigencia es máxima. Y vaya que no decepcionó. Desde su debut mostró temple, disciplina y un hambre de triunfo que rápidamente lo convirtieron en pieza fundamental dentro del esquema de su equipo.
Hoy, ese esfuerzo ha sido reconocido en grande: Dominique Coursey ha sido nombrado “Novato del Año” de la Liga Profesional Mexicana de Baloncesto, un logro que lo coloca no solo como el mejor rookie de toda la competencia, sino como una de las mayores promesas del deporte ráfaga en nuestro país.
El camino no fue sencillo: adaptarse a la velocidad y al físico del basquetbol profesional, demostrar que podía competir contra veteranos de gran experiencia y mantener un nivel constante partido tras partido. Sin embargo, Dominique respondió con madurez, talento y la mentalidad que distingue a los verdaderos jugadores de élite.
Su historia es una prueba viviente de que las derrotas no definen la carrera de un atleta, sino la capacidad de levantarse, aprender y regresar con más fuerza. Lo que hace un año fue tristeza y frustración en la universidad, hoy se convierte en orgullo y motivación en el profesionalismo.
El “Novato del Año” no es solo un reconocimiento individual; es un mensaje claro para las nuevas generaciones de jugadores: los sueños se cumplen cuando se trabaja con disciplina, constancia y fe en uno mismo. Y Dominique Coursey lo acaba de demostrar en la mejor vitrina posible: siendo el rookie más destacado de todo México.